La cata de vinos es un arte que involucra todos los sentidos, pero a menudo se subestima el papel de la vista. La fase visual no es solo el primer contacto con el vino, sino una ventana reveladora a sus secretos. Este artículo se sumerge en la importancia de la fase visual, cómo prepararse para ella, qué buscar y cómo interpretar lo que vemos.
La importancia de la fase visual
La observación del vino nos proporciona pistas preliminares sobre su identidad y calidad. A través de la vista, podemos deducir aspectos como la edad, la concentración y posibles defectos. Esta fase es el preludio de lo que está por venir en las fases olfativa y gustativa.
Preparación para la fase visual
- Iluminación adecuada
Una buena iluminación es clave. Luz natural o una luz blanca que no distorsione los colores es ideal. - Fondo neutro
Utilice un fondo blanco o neutro para apreciar mejor el color del vino. - Copa adecuada
Una copa de cristal transparente y sin coloración es esencial para una observación no distorsionada.
Realización de la fase visual
- Incline la copa
Incline su copa unos 45 grados sobre un fondo blanco para observar mejor el color y la transparencia del vino. - Observe el color
En los vinos tintos, observe si el color es intenso o pálido, rojo cereza o con tonos anaranjados. En los blancos, busque desde tonos verdosos hasta amarillos dorados. El color puede indicar la variedad de uva, el proceso de vinificación y la edad. - Claridad y brillo
Un vino debe ser claro y brillante. La turbidez puede indicar problemas en la elaboración o conservación. - Lágrimas o piernas
Al girar la copa, observe las lágrimas que se forman en las paredes. Estas pueden dar una idea sobre la textura, el contenido alcohólico y la densidad del vino.
Giro de la copa
Girar la copa suavemente es una parte importante de la observación visual en una cata de vinos. Esto permite:
- Observar las «lágrimas» o «piernas» que caen por las paredes de la copa, como se mencionó anteriormente. Estas marcas pueden revelar la viscosidad y la textura del vino.
- Aumentar la exposición del vino al oxígeno, lo que puede liberar más aromas y permitir una apreciación más completa entrando en la secunda fase que es la olfativa.
El giro de la copa también te permite obtener una visión más completa del color del vino desde diferentes ángulos, lo que puede revelar matices adicionales.
A qué prestar atención
- Matiz y profundidad del color
Los tintos pueden variar desde rojos púrpura en vinos jóvenes hasta tonos teja en vinos envejecidos. Los blancos pueden ir desde casi incoloros hasta dorados intensos en vinos más maduros o con crianza en barrica. - Viscosidad
Vinos con mayor cuerpo y alcohol tienden a tener lágrimas más densas y lentas. - Signos de envejecimiento o defectos
Colores apagados, marrones o tonos anómalos pueden indicar oxidación o defectos.
Clasificando lo percibido
- Joven vs maduro
Un tinto con tonos violáceos suele ser joven, mientras que tonos teja indican madurez. En blancos, tonos verdosos sugieren juventud; dorados, madurez o crianza. - Cuerpo y alcohol
Lágrimas más gruesas y lentas pueden apuntar a un vino con más cuerpo y mayor contenido alcohólico. - Estado del vino
La claridad y brillo son indicativos de un vino en buen estado, mientras que la turbidez puede sugerir problemas.
La fase visual es un paso fundamental en la cata de vinos. Ofrece una primera impresión crucial que prepara el terreno para las fases posteriores. Al dominar esta etapa, el catador puede empezar a entender y disfrutar el vino antes incluso de olerlo o probarlo. Así, la fase visual no es solo un acto de observación, sino una puerta de entrada al complejo y fascinante mundo del vino.
Lee también los artículos que hemos dedicado a las otras distintas fases que componen y completan una correcta cata de vinos, como la fase olfativa y la fase gustativa.